Un joven alto (o eso creo), rubio/castaño (el gran misterio de mi vida), de ojos azules, simpático, alegre, estudiante a la vez que trabajador, y mil adjetivos más que en verdad no importan para nada. Aunque también me considero escritor, ¿de verdad? no sabría decirte. Lo que nos lleva a lo más interesante…
¿Cómo llegamos hasta aquí?
Muy sencillo; el recuerdo.
El afán de querer recordar todas aquellas aventuras que en su momento tachamos de inolvidables, increíbles y hasta irrepetibles pero que con los años se van, todas aquellas locuras cuya realización con el paso del tiempo olvidamos. Junto a cierto punto de drama; básico en la vida, esencial en cada una de las historias que contamos a nuestros colegas sentados en la mesa redonda cerveza en mano.
Así creando una memoria permanente, que refleje la gran obra de teatro que es la vida, las mil funciones por las que pasamos durante el transcurso de la misma…
Así creando «la Obra de Ikral«
la Obra de Ikral 