Pablo era el típico colega tranquilo, calmado, que siempre iba a la suya y que no se dejaba influenciar por los demás. A veces aislado, a veces más social, pero sin duda, muy suyo. Hasta que encontró a María.
Cambiando, dejando de ver a sus amigos, aislándose, pero no en casa, sino en ella. Una chica que todos conocíamos, pero ninguno recomendaba (más allá de lo físico); posesiva, controladora, manipuladora, hasta perversa.
Nosotros pensando que Pablo se daría cuenta, dejando que la relación avanzara, pero con esa esperanza de que un día u otro él abriría los ojos. Pues se le veía enamorado, y ese es un sentimiento que nadie, incluidos nosotros, quería chafar.
Relación que avanzó, día tras día, mes tras mes, hasta llegar al primer año y a posteriori, al segundo. Nosotros ya habiendo perdido contacto alguno con Pablo, planteándonos entre lamentos si erramos al no intervenir, si es que en realidad éramos nosotros que debíamos cambiar. Queriendo entender qué le pasaba por la cabeza a nuestro colega, qué veía él que nosotros no.
Jamás encontrando la respuesta, y a día de hoy, y tras 4 largos años, viendo atónitos cómo esa relación sigue, a distancia incluso (ella estudiando fuera), tan fuerte como en sus primeros días (o eso quieren aparentar). Yo reventando, una vez asimilado que había perdido de mis primeros amigos de mi infancia, cuestionando todas y cada una de las decisiones que él había tomado y condenando todo aquél que se embarcara en una relación a distancia; pues no tenían lógica alguna para mí. Jurando al cielo que jamás intentaría tal insensatez…
Quién me diría a mí, que 4 meses más tarde y tras un verano inolvidable, yo empezaría una relación a distancia, y que justamente eso me haría el hombre más feliz sobre la faz de la tierra.
Ikral
Me gusta el cierre. Nunca sabemos dónde acabará nuestro destino.
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Al fin y al cabo, nunca digas nunca; que la vida da muchos giros de volante… ¡gracias por leerme y por el comentario!
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A ti, 😉.
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Hermosa historia. Realismo puro. Y un bonito final. Un saludo. Manolo
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Porque la vida da mil vueltas, y eso es lo que la hace tan sumamente bonita.
Gracias por el comentario,
Saludos,
Ikral
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